21 de mayo 2025

Hábitos que destruyen tu colágeno: el exposoma

Cuando hablamos de salud dermatológica, el colágeno es uno de los términos que más se repiten, especialmente cuando hablamos del envejecimiento de la piel. Y es que esta proteína es la responsable de dar estructura y firmeza a todos nuestros tejidos, formando una red tridimensional que ayuda a la piel a mantener su firmeza e hidratación.

Con la edad, la producción de colágeno y elastina, la proteína que proporciona elasticidad y resistencia a los tejidos, comienza a disminuir. Debido a ello, la pérdida gradual de la consistencia de la piel se manifiesta con la aparición de arrugas, flacidez y pérdida de volumen a medida que cumplimos años.

Qué es el exposoma y cómo afecta a la pérdida de colágeno

Además del envejecimiento natural, las personas estamos expuestas a lo largo de la vida a una serie de factores ambientales y de exposición que tienen un impacto directo en nuestra salud cutánea. En 2005, el epidemiólogo estadounidense Christopher Paul Wild acuñó el término exposoma1 para describir la totalidad de esos factores no genéticos y cómo estos influyen en nuestro cuerpo.

En el ámbito de la dermatología, a su vez, se ha tenido en cuenta el exposoma para concretar cuáles son los elementos que más afectan al envejecimiento de la piel. En este sentido, Krutmann en su estudio2 ha señalado que estos factores pueden dividirse en cinco grandes categorías: la exposición al sol, la contaminación, el tabaquismo, la nutrición y otros factores diversos, como son el estrés, la falta de sueño, los efectos de la temperatura y los productos cosméticos.

Se ha demostrado que todos estos aspectos afectan directamente a la pérdida de colágeno y, por ende, al envejecimiento prematuro de la piel. Algo que pone de manifiesto que el tener una piel más sana y firme no es solo algo genético, sino que es algo que se moldea según nuestros hábitos y nuestro entorno.

Medidas de protección ante la pérdida de colágeno

Como la mejor defensa es un buen ataque, adoptar medidas de protección tanto frente a factores externos como internos es esencial. La exposición prolongada al sol es una de las principales causas del envejecimiento prematuro, por lo que reducir la exposición solar en horas críticas y aplicar protección solar de amplio espectro a diario, incluso en días nublados, es una práctica imprescindible. Además, integrar rutinas de higiene facial adecuadas ayuda a eliminar contaminantes y residuos que pueden alterar la barrera cutánea.

En cuanto a los factores internos, hay hábitos cotidianos que afectan directamente a la síntesis y mantenimiento del colágeno. Evitar el consumo de tabaco y alcohol, así como reducir la ingesta de azúcares refinados y sal en exceso, es fundamental. Estos elementos favorecen procesos como la glicación y el estrés oxidativo3 que dañan las fibras de colágeno y aceleran su degradación. Por el contrario, una dieta rica en antioxidantes naturales, vitamina C, aminoácidos esenciales y alimentos que estimulan la producción endógena de colágeno —como el pescado azul, los cítricos o los frutos secos— puede marcar una gran diferencia en la elasticidad y firmeza cutánea4.

A partir de los 25 años, la producción natural de colágeno comienza a disminuir de forma progresiva5, por lo que conviene reforzar el cuidado diario con estrategias complementarias. Dormir al menos siete horas por noche, manejar el estrés mediante técnicas de relajación y utilizar productos cosméticos de calidad son aliados clave. Prevenir la pérdida de colágeno no es cuestión de un solo gesto, sino de un enfoque integral y consciente.

Soluciones a largo plazo, tratamientos profesionales

Aunque nuestra piel empiece a mostrar síntomas de envejecimiento, nunca es tarde para ponerse en manos de profesionales que nos ayuden a combatir esa pérdida de colágeno. En este sentido, Nordberg Medical ha desarrollado un bioactivador de la producción de colágeno usando una tecnología única, que promueve la bioestimulación de los fibroblastos de la piel para mejorar su firmeza y textura.

Pero, ¿cómo funciona? Este biomaterial, conocido como ácido poli-L-láctico (PLLA), funciona activando las células que contribuyen a la formación de tejido conectivo llamadas fibroblastos. Los fibroblastos, al secretar colágeno, ayudan a mantener el marco estructural de los tejidos y darle una apariencia más tensa y natural a nuestra piel con resultados duraderos.

Referencias:

1 Wild, C. P. (2005). Complementing the Genome with an “Exposome”: The Outstanding Challenge of Environmental Exposure Measurement in Molecular Epidemiology. Cancer Epidemiology Biomarkers & Prevention, 14(8), 1847–1850. https://doi.org/10.1158/1055-9965.epi-05-0456

2 Krutmann, J., Bouloc, A., Sore, G., Bernard, B. A., & Passeron, T. (2016). The skin aging exposome. Journal of Dermatological Science, 85(3), 152–161. https://doi.org/10.1016/j.jdermsci.2016.09.015

3 Danby, F. W. (2010). Nutrition and aging skin: sugar and glycation. Clinics in Dermatology, 28(4), 409–411. https://doi.org/10.1016/j.clindermatol.2010.03.018

4 Pullar, J., Carr, A., & Vissers, M. (2017). The roles of vitamin C in skin health. Nutrients, 9(8), 866. https://doi.org/10.3390/nu9080866

5 Villalón, J. M. (2023). La pérdida de colágeno se inicia a partir de los 25 años. Saludemia. Págs 1-2.